jueves, 18 de noviembre de 2010

Unidad de Biblioteca Desmontable (UBD) : III


La propuesta que se presenta parte de la idea etimológica de Biblioteca: caja para libros. Partiendo de un volumen primario (una caja)  como contenedor de libros, se van a realizar una serie de operaciones formales, provocadas por su adaptación al entorno, función y escala.

La primera transformación deriva de su implantación: en la vía pública; el volumen debe integrarse en el flujo peatonal, incluso permitir que este atraviese el volumen.



Al estirar el volumen creamos una dirección principal en la composición.
Además se debe pensar en la escala, una escala a mitad de camino del mueble y el edificio. Esta es una escala pequeña, muy humana, donde los detalles son importantes.

Por necesidades del programa, el artefacto que estamos creando debe ser desmontable, por lo que lo dividimos en módulos, en bastidores de madera, que harán a estas piezas manejables para su transporte e instalación.


El siguiente paso es provocar la voluntad de entrara u observar al menos este artefacto. Primero dislocamos los módulos y después vamos a maclarlos.







Con estas dos operaciones buscamos dos fines, la primera es generar un espacio interior solo asimilable en su totalidad  tras la experiencia de ser atravesado,  creando en el observador la curiosidad del “que habrá dentro”. Los huecos entre módulos por la dislocación, algunos “obstáculos” como las puertas, incluso algún filtro como unas cortinas,  trabajan para impedir al observador exterior  la asimilación total del volumen interior. En el libro de Tadao Ando, Simbolismo y Arquitectura, en el capítulo Espacio-tiempo o ma, encontramos el origen de estos recursos arquitectónicos, y su uso en la arquitectura japonesa:

…El acceso a la casa del té, presenta uno de los ejemplos más sencillos y significativos en la aplicación del concepto de ma en la arquitectura. El edificio no es visible desde la puerta de entrada al recinto, la mayoría de las veces esta ubicado en una esquina del jardín y cubierto parcialmente por una frondosa masa arbórea, sólo un camino de piedras delata su existencia. Estas piedras están distribuidas de tal manera que condicionan la forma en que se caminara sobre ellas. El ma se manifiesta en el diseño de este camino como el elemento que organiza el movimiento de un lugar a otro: la separación de las piedras determinara el ritmo del emplazamiento; obligan a una parada, a una mirada que descompone en fragmentos, que son llevadas con instantáneas del jardín. Otro aspecto notable es que el camino de piedras, por ser serpenteante, presenta una perspectiva distinta desde cada piedra del mismo. Por lo tanto, cuando el visitante se desplaza a lo largo del camino, el escenario cambia; unas cosas se ocultan y otras se manifiestan. Hay un desarrollo del espacio en el tiempo. Nunca el visitante tendrá una vista panorámica del jardín; únicamente visiones parciales que a manera de fotogramas podrá engarzarlas en el tiempo.


La segunda intención de estas operaciones de dislocación y maclado, es generar lugares de que permitan múltiples actividades humanas, una balda lo mismo es un peldaño que un asiento, así como una cubierta además de proteger del exterior puede ser un lugar donde disfrutar del día leyendo ( siempre me atraen esos elementos venturianos de doble función ¿una escalera sirve para subir o bajar de nivel ,o para sentarse, o como lugar para dejarse ver?, buscar en google imágenes Plaza de España en Roma para tener una instantánea de lo que acabo de escribir).

El diseño interior juega por medio de una empatía formal, mediante bastidores de madera a modo de estanterías, con el orden de la envolvente.



Visualmente desde el exterior, los cortes en vertical del prisma y las operaciones posteriores sobre el mismo, que generan huecos, entrantes y salientes, que van a contra pelo del sentido del flujo peatonal, así como de su tendencia visual, lo que requiere una mayor atención del viandante para percibirlo. 


Además por su composición alargada y su posición en el la vía pública, presenta una imagen desde lejos diferente a la que se percibe cuando se es capaz de percibir los laterales. Desde lejos no se hace uno a la idea de como es en conjunto la biblioteca, y es necesario pasar a lo largo de ella para percibirla en su totalidad.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Unidad de Biblioteca Desmontable (UBD).Comienzos.

“La versión número trece de un proyecto, es siempre mejor que la número doce”
Miguel Fisac


La primera idea surge directamente de la definición de Biblioteca: caja para libros, más la necesidad de ligereza (policarbonato es un buen material por su relación resistencia/peso), esta idea primera de una caja ( o prisma) tiene su resonancia en la ampliación del antiguo Museo de Arte Nelson-Atkins de Steven Holl, esos volúmenes abstractos, que actúan como linternas de noche.


Pero lo que había dibujado y el propio uso de la UDB, no permitía esa imagen abstracta que Holl da a sus volúmenes. Las mallorquinas horizontales además  , difieren de esa concepto de sólido abstracto , y no dejan la imagen que buscaba.


La siguiente “mutación”, tiene su origen en la utilización de un recurso que como bien dice Tuñon siempre queda interesante : una doble altura; para que el sólido gane presencia. Pero una vez dibujada, no es una evolución buena para esta primera idea. Pero como igualmente dice el mismo arquitecto “este recurso no es en si mismo sufriente”.




La siguiente evolución consiste en manipular el prisma y modularlo para posteriormente dislocarlos. Esto  genera un juego de espacios primarios y secundarios, de contrastes de luz, y elementos de doble función (escaleras/asientos), que dan más riqueza arquitectónica a la composición. Además se genera una dirección principal, que se puede adaptar al flujo de la vía pública donde se instale.


En una ultima vuelta de tuerca, el maclado de estos módulos, aumenta la complejidad de la composición, además de conseguir más espacios de oportunidad. 

Unidad de Biblioteca Desmontable (UBD). Unas reflexiones antes de dibujar…..

Empiezo aquí mis reflexiones antee este nuevo proyecto, que por su tamaño (2.000 Kg) , como primera reflexión, pienso que está a mitad de camino de entre un elemento de  edificación y un elemento de mobiliario urbano.

Para empezar una pregunta : 
¿Que es lo que hacer ser una biblioteca una biblioteca?.

Etimológicamente es una caja o armario para guardar libros. Pero esta es una definición escasa , y si buscamos en los principios de la biblioteconomía tenemos una mejor respuesta :
·         El libro es para ser usado.

·         Cada lector debe tener un libro.
La finalidad última del bibliotecario es el servicio, lo más ajustado posible, a las necesidades de los usuarios. Debe procurar, por tanto, que cada uno de los usuarios pueda localizar el libro o el tema que le interesa; puede tratarse de un libro concreto o de una información concreta, y una u otra deben ser servidas por el bibliotecario dentro de este segundo principio.


·         Cada libro debe tener un lector.
La biblioteca debe ser dinámica, es decir, debe acudir al encuentro del lector.
Cada libro comprado o incluso publicado tiene dentro del ámbito de la biblioteca unos lectores potenciales a los que la biblioteca debe llegar y será misión del bibliotecario conocer a sus posibles usuarios para poderles ofrecer aquel libro que les interese, proporcionado al usuario una información personalizada.


·         Debe ahorrarse tiempo al lector.
Los servicios de información de la biblioteca deben estar dispuestos para que los usuarios obtengan la máxima satisfacción de sus necesidades. Además, debe hacerlo de la manera lo más rápida y eficiente posible.
Estas UBDs pueden acercar el servicio de las bibliotecas públicas, que actuarían de “nodrizas”, para lo cual deben establecerse en el espacio público más alejado de estas bibliotecas públicas . Entre las funciones específicas de estas unidades están las de atender peticiones  de ejemplares vía internet, atender la demandas de publicaciones temáticas para trabajos escolares ,pongo un ejemplo: una profesora propone un trabajo sobre digamos barcos a un grupo de alumnos, esta profesora informa a la bibliotecaria de la UDB más cercana al colegio de la necesidad de libros infantiles con la temática barcos, la biblioteca nodriza surte de libros con la temática barcos a la UDB, los alumnos pueden consultar la bibliografía especifica de ese trabajo sin desplazarse a la biblioteca pública, que estaría muy alejada. Otra posibilidad de estas unidades sería el BookCrossing.

lunes, 1 de noviembre de 2010

¿Cuánto pesa su edificio Sr.Foster?

¿Cuánto pesa su edificio Sr.Foster?

En la reciente muestra de la obra de Fuller, que la sala Ivorypress Art + Books ha mostrado hasta el pasado sábado, podemos encontrar esta curiosa pregunta que le hizo Buckminster Fuller a Norman Foster, la cual podría sintetizar la obsesión de Fuller por diseñar artefactos y edificios livianos y eficientes, como respuesta a los problemas medioambientales que genera la actividad humana , y que este arquitecto fue de los primeros en poner sobre la mesa.

En la muestra se puede ver la carta de respuesta de Foster a Fuller, y las reflexiones que de esta carta se derivan, sobre el exceso de materiales que a se emplean innecesariamente muy a menudo en arquitectura.

Pego aquí abajo parte del blog  de El Pais  de Antonio Muñoz Molina, sobre Fuller.

A Norman Foster, claro, no se le había ocurrido nunca pensarlo. Cuánto de peso muerto hay en un edificio, o en cualquier construcción humana, cuánto de tosquedad innecesaria, de obediencia a la rutina, de autoindulgencia o despilfarro en el uso de los materiales. Para Fuller, el menos es más de Mies van der Rohe no era una cuestión estética, sino una grave exigencia moral. Cuanto más se pudiera lograr con menos mejor sería la vida de la gente en un mundo desequilibrado por la paradoja de la sobreabundancia y de la escasez, de los muy pocos manejándolo casi todo y despilfarrándolo insensata y dañinamente y la inmensa mayoría oprimida por la pobreza y en muchos casos convencida por los propagandistas del poder político y religioso de que la desigualdad, el sufrimiento, el hambre, la guerra, son castigos inevitables de este valle de lágrimas, al fin y al cabo nada más que la antesala del paraíso, que puede estar situado en la otra vida o en un futuro igual de hipotético. Una de las cosas que más irritaba a Buckminster Fuller de los augurios del apocalipsis, con frecuencia asociados a la nostalgia de paraísos perdidos, era el recelo ante la ciencia y la tecnología. Había pasado una parte de los primeros años de su vida en los paisajes de bosques y grandes ríos y perspectivas marítimas de Nueva Inglaterra, en los que parece tantas veces que se puede vislumbrar cómo era la naturaleza antes de la llegada de los seres humanos; y era muy consciente del potencial de destrucción del progreso tecnológico aplicado a la guerra. Pero también estaba seguro de que sólo ese mismo progreso tecnológico, empleado para crear en vez de destruir, podía asegurar un porvenir digno para todos los seres humanos. Aficionado como era a inventar palabras, y no sólo artefactos, inventó la palabra "efemeralización": "El modo de lograr que la tecnología, propiamente aplicada, pueda garantizar una mejor cualidad de vida a todo el mundo, en todo el mundo".
Después de aquel encuentro con Buckminster Fuller es probable que Norman Foster ya no haya dejado de pensar en el peso de sus edificios, que es el de la responsabilidad de las acciones y las obras humanas, y también el peso muerto de la retórica y las palabras inútiles. En recuerdo a su maestro, que murió en 1983, Foster ha organizado junto a Luis Fernández-Galiano una exposición en la galería de la Ivory Press en Madrid que tiene algo de gabinete de juguetería delirante y de catálogo de artefactos que parecen flotar ingrávidamente entre la ingeniería y el sueño, la utilidad doméstica y el disparate. Buckminster Fuller murió a los 89 años de un ataque al corazón y en plena actividad. Había dado, según sus propios cálculos, cuarenta y siete vueltas completas a la Tierra, en el ejercicio infatigable de su proselitismo a favor de la aplicación de la máxima racionalidad y de la más sofisticada tecnología en el empeño de hacer mejores las vidas de todos los seres humanos salvando la integridad del planeta y el bienestar las generaciones futuras.
Los dibujos y las maquetas tienen algo del futurismo arcaico de la ciencia-ficción, de las ilustraciones de las novelas de H. G. Wells y los tebeos de Flash Gordon de los años treinta. Buckminster Fuller era un hijo del siglo XIX que vivió de niño en la era de los corpiños y los coches de caballos y conoció los campos de exterminio y la bomba de Hiroshima, los viajes a la Luna, la guerra de Vietnam, la presidencia de Reagan. En 1951, mucho antes de los primeros satélites, inventó la expresión "Spaceship Earth": la Tierra era una nave espacial cuyos habitantes comparten un mismo destino, por encima de las diferencias más o menos ilusorias en virtud de las cuales se matan los unos a los otros. En 1933 había diseñado un coche de tres ruedas que se llamaba Dymaxion y tenía algo de aeroplano y algo de velero, y era más rápido y ligero y consumía la mitad de gasolina que los otros coches. Diseñó un prototipo de casa hexagonal y luego circular que podía fabricarse en serie a un precio bajísimo y que en vez de apoyarse pesadamente sobre la tierra colgaba de un mástil central, como un puente de suspensión, se refrigeraba y se calentaba de manera natural y era casi autosuficiente y muy austera en su gasto de energía. Se había fijado en que los planisferios habituales representan los continentes y los océanos de una manera muy distorsionada, creando separaciones que favorecen la letal manía nacionalista de las fronteras, haciendo que América del Sur pareciera ser más pequeña que Groenlandia
Estaba convencido de que era tan visiblemente disparatado e insostenible el gasto militar, tan inútil y destructiva la guerra, que los seres humanos serían capaces de optar colectivamente por la sensatez y la concordia, con sólo que las alternativas racionales se explicaran con claridad. Murió convencido de que muy pronto se acabaría el plazo para elegir entre la utopía y la catástrofe, y de que, si todo salía medianamente bien, hacia el año 2000 se habrían quedado obsoletos la política y los políticos, además de la guerra.